miércoles, 19 de agosto de 2009

Valle Vey: Prólogo

Prólogo

Cuando ellos llegaron, el mundo tuvo miedo.
Eran ocho y habían aparecido uno tras otro al amanecer de cada nuevo día. Todos en lugares diferentes. Todos armados y personificados en maneras que rebasaban los relatos que de ellos se contaban. Con atuendos de formas y colores como jamás se había visto, diseños que iban de los sutil a lo inverosímil: poderosas armaduras, enormes a la hechura de metal al igual que frágiles del bordado en tela; armas de gran empuñadura, pesadas a la simple vista o tan ligeras que parecían fundirse con el viento; pero asimismo venían acompañados de objetos tan raros como ellos mismos. Reliquias que resplandecían cual imbuidas de luz divina o que desprendían la profunda esencia de lo obscuro… ocho grandes señores. Siete de ellos fueron vistos al octavo día, pero al último, sólo se le vio cuando el tiempo comenzó a correr…
Sin embargo no eran extraños, el universo había nacido con ellos. Fundadores de todo cuanto existía, las viejas historias describían a estos ocho seres como los creadores del mundo. Antes de su primera llegada nada tenia vida, nada tenia forma; todo era un inmenso pantano inmundo de una mitad, y un gran desierto de la otra. Así entonces, el más fuerte de entre todos, quiso construir en esa desolación un paisaje donde todo tuviese formas, colores y movimiento. Los demás le siguieron, le apoyaron. Separaron las aguas malas del pantano y regaron el desierto. Formaron con su fuerza al igual que habilidades, ríos, montañas y el cielo. Moldearon la piedra para dar forma a los valles, las cuencas, las cuevas, volcanes, cascadas, cordilleras y todo diseño posible en la tierra; en el agua nueva, arrecifes inmensos, modestos estanques, exóticos humedales, y hasta imponentes glaciares; del arena del desierto llenaron los bordes de la tierra con el mar pero además, dibujaron con toda aquella que aun existía los mas caprichosos diseños a los que llamaron “dunas”. Así entonces, una vez moldeado el mundo procedieron a sembrar la vida en él, al costo de parte de la suya. Dieron de esta manera formas tan variadas a cuanto crearon, como diversas son ocho imaginaciones: tamaño, peso, altura, porte, finura… fantasía pura.
El mundo parecía una obra maravillosa esperando la primer alba para despertar… sin embargo sus creadores ya no verían este primer amanecer. Su existencia estaba ya menguada resultado de todo cuanto crearon, pero sabían que el precio era justo. Descansarían. Quizá ya no volverían a ser los mismos mas, lo verdaderamente cierto era que en algún momento regresarían a disfrutar de su obra viva…
Cuando se retiraron a descansar, el mayor, el más fuerte, miró hacia atrás; miró orgulloso su obra prometiendo con una sonrisa, que volvería. Se retiraron juntos pero cada uno partió a un lugar distinto, único.
La primer alba llegó entonces al mundo joven. Se hizo el movimiento, las formas cobraron vida y los colores revolotearon en un lugar fértil. Las primeras creaturas en despertar se arrastraron, las que le siguieron nadaron, otras se balancearon y así sucesivamente hasta aquellas que estaban destinadas a alzar el vuelo. Pero existían algunas que estaban dotadas de memoria así como de conciencia. Estas, contaron lo que sus creadores les habían dejado dentro del recuerdo legando a las generaciones la historia maravillosa de su creación. Empero, esta misma historia fue convirtiéndose en leyenda con el paso de cada nuevo relator. Dichas creaturas dotadas de inteligencia escogieron también lugares donde formar hogar; cada ser, grande o diminuto hizo lo mismo, tomó su lugar en la nueva creación: los antheros en el agua, nimidos en el cielo, fraz en la tierra calida, nords en la helada… y así consecutivamente cada especie halló un hogar placentero donde asentarse.
Pronto construyeron grupos, luego tribus y algunos, civilizaciones. Construyeron ciudades de todos tamaños así como de diversos esplendores.
L a creación de los ocho tenía al fin un orden. Las formas y los colores moviéndose al ritmo del todo; construyendo el paisaje propio de los sueños que arrebataron lo mejor de sus fundadores.
El escenario ahora estaba listo.


6 comentarios:

Tlacotzontli dijo...

Me gusto Vikk, estaré pendiente de la continuación.
Saludos

Allydna dijo...

Uiii! Pues yo también me lo leí y me gustó. Solo que no entiendo porqué el mundo tiene miedo cuando llegan si son los creadores del mundo....

El dibujo guarda relación con el texto?

Mabel dijo...

A mi también me gustó mucho, me encantan los escritos que empiezan con la creación de un mundo. Gusto a poco eso si, ganas de leer más. Espero sigas escribiendo para disfrutar tu lectura.
Muchas felicitaciones por tu espacio, está genial!! Tu onda con tus dibujos le da su toque único :)
Saludos cordiales!

Gabriel Hank dijo...

Gracias a todos.
Allydna, al leer el primer cap, sabrás por qué el mundo temió de la llegada de los ocho. Y en cuanto al dibujo, la figura que se postra frente a una de las lunas del joven mundo , es Vet. La ilustración se refiere al momento en que en medio de aquella noche, esta frente a un mundo vacío y ve en él, todas las posibilidades que este podría ofrecer.
Saludos

Velkar dijo...

Buen génesis. De los que ofrecen ganas de seguir.
Un saludo, Vikken.

Nando dijo...

También me chocó un poco que el mundo tuviese miedo al ser los creadores. Sin embargo me pareció una frase genial para empezar.

Buen comienzo.

Saludos.